Editorial 521 | Las sombras de Martín (PP) aún pesan sobre Béjar
- La ciudad necesita memoria para cerrar con dignidad una nefasta etapa marcada por las irregularidades
Desde su toma de posesión a principios de agosto, el nuevo equipo de Gobierno de Béjar (PSOE-TAB) ha comenzado a recorrer un camino complejo, marcado por las huellas profundas de una gestión anterior plagada de irregularidades. Apenas llevan dos meses al frente del Ayuntamiento y sería injusto exigirles una resolución inmediata de todos los asuntos pendientes. Pero también sería irresponsable mirar hacia otro lado ante lo que sucedió durante el mandato del reprobado y cesado Luis Francisco Martín (PP), un periodo que se cerró envuelto en opacidad, desorden institucional y decisiones que comprometen la legalidad.
El legado Martín (PP) no es sólo cuestionable en términos políticos. Es, sobre todo, una herencia que exige respuestas. Personas sin cargo ni contrato accedieron al Ayuntamiento, circularon por despachos, asistieron a reuniones, manejaron información sensible y actuaron como si formaran parte del gobierno. No fueron asesores, porque nunca fueron nombrados. Pero tuvieron acceso y poder. Una anomalía difícil de explicar.
Más grave aún es que Martín (PP) continuó firmando decretos cuando ya no era alcalde. Un hecho que debería haber provocado una reacción inmediata de los órganos de control, y que, sin embargo, se ha ido disolviendo en la rutina administrativa como si nada hubiese ocurrido. Se trata de una vulneración de la norma básica que sostiene cualquier institución democrática: Únicamente quien ostenta el cargo puede ejercerlo. En Béjar, esa línea se cruzó con total impunidad.
Y luego están las facturas. Las que llegaron con reparos de Intervención. Las que advertían que algo no estaba bien. Las que, pese a todo, se pagaron. El volumen de esos contratos alcanzó, como poco, más de 420.000 euros en dos años que salieron de las arcas públicas: Al menos 240.000 euros en 2024 y 184.000 euros en 2025. Todo ello desoyendo los informes técnicos, ignorando los procedimientos, despreciando los límites que existen precisamente para proteger el dinero de todos. Un modo de gobernar basado en el “ya lo arreglaremos después”, donde el después nunca llega.
Nada de esto puede quedar en el olvido. El nuevo Gobierno (PSOE-TAB) tiene por delante una tarea incómoda pero ineludible: Levantar alfombras, ordenar papeles, exigir explicaciones. No se trata de revanchismo ni de ajustar cuentas, sino de limpiar la institución. De recordar que el Ayuntamiento de Béjar no es patrimonio de ningún partido, sino una estructura pública que debe funcionar con rigor, legalidad y transparencia.
Martín (PP) se fue sin dar explicaciones. Su mandato dejó demasiadas preguntas sin respuesta, demasiadas decisiones sin respaldo legal, demasiadas sombras que aún hoy oscurecen la vida municipal. El tiempo no borra los hechos. Y el silencio nunca puede ser la última palabra.
Sólo desde la verdad podrá empezar una etapa nueva sin fantasmas y con memoria.

